miércoles, 25 de noviembre de 2015

La Violencia Obstétrica, otra forma de violencia de género




Todos tenemos en mente los golpes, el acoso sexual, la discriminación, el maltrato psicológico.. . Por supuesto, todo ello terrible y a erradicar. Pero existe otra forma de violencia, menos visible y socialmente aceptada. La Violencia Obstétrica que es aquella que sufre la mujer, durante sus embarazos y partos, por parte de algunos profesionales sanitarios que consideran estos procesos fisiológicos , como algo patológico y a la mujer incapaz de decidir sobre su propio cuerpo.

La Organización Mundial de la Salud tiene una serie de recomendaciones para los partos normales, es decir, la mayoría. Pero aún así, miles de mujeres sufren partos violentos y deshumanizados, en los que se incumplen claramente estas recomendaciones.

Tactos innecesarios durante los dias previos al parto o durante el mismo, Maniobra de Hamilton para ayudar a desencadenar el parto, inducciones y cesaréas innecesarias, muchas veces programadas, episiotomías de rutina, obligar a la mujer a parir tumbada, monitorizaciones continuas, inmovilización, la peligrosa maniobra de kristeller, prohibición de ingerir alimentos o bebidas, falta de intimidad, malas respuestas o trato vejatorio, infantilización de la mujer, separación madre-hijo, falta de empatía y de apoyo emocional.

Estos son solo algunos ejemplos de la violencia que sufren muchas mujeres en un momento tan delicado e importante en el que, además somos sumamente sensibles. Cuántas mujeres quedan con secuelas, no sólo físicas, sino también emocionales por sentirse ninguneadas, viendo sus derechos vulnerados y sus sentimientos ignorados.   Parir requiere de un ambiente íntimo y de un trato amoroso, en el que se respete tanto nuestra fisiología, como nuestros deseos y decisiones.

No puedo olvidarme de las madres que sufren la pérdida de sus bebés. Muchas son sometidas a legrados innecesarios. Otras son "convencidas " para interrumpir sus embarazos si sus bebés presentan malformaciones incompatibles con la vida ,cuando se podria seguir un tratamiento expectante, si la mujer así lo desea. Muchas deben parir a sus hijos muertos o estos mueren durante el parto o a las pocas horas. . Otras no tienen posibilidad de despedirse de su bebé o este es tratado como deshecho quirúrgico. Algunas son alojadas junto a mujeres que tienen a sus bebés en brazos, mientras ellas jamás tendrán al suyo. En momentos tan dolorosos, demasiadas mujeres no son tratadas con la sensibilidad que necesitan y merecen No son comprendidas, se ignora su dolor, se las trata de consolar con frases que minimizan su terrible pérdida y sus hijos ni siquiera son reconocidos como tales. Ellas también sufren violencia .

La violencia obstétrica en todas sus manifestaciones, existe. Por mucho que queramos invisibilizarla y normalizarla, por mucho que nos digan que es por nuestro bien . Aunque traten de convecernos de que nos ha salvado la vida a nosotras o a nuestro bebé, de un problema causado, en muchos casos, por un exceso de intervencionismo . No, la violencia obstétrica no es normal y no debemos permitirla.

Afortunadamente, cada vez más mujeres acuden a parir informadas y más centros sanitarios trabajan en ofrecer una atención al parto más humanizada. Algo está cambiando, lentamente, pero sin pausa. Se está dando una revolución imparable, la de las mujeres que claman por recibir a sus hijos con amor y respeto. La de profesionales concienciados con la necesidad de ofrecer un trato digno y acorde con las necesidades de la madre y su bebé.

Para ell@s , mi admiración y respeto

Jasmin Bunzendahl Merino

Publicado originalmente en www.juntoatudoula.com

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