"Cuando estudié enfermería, no estaba en mi mente el mundo de la maternidad. Siempre me ha apasionado la educación, la prevención y fomento de la salud. Siempre he creído y estoy convencida de que es mejor "prevenir que curar". Y que la educación para la Salud, vista la salud "no solo como la ausencia de enfermedad, sino como el desarrollo biopsicosocial de la persona en todas sus capacidades", es un instrumento básico en la asistencia.
¿Y cómo llegué a enamorarme de este campo? Pues en la búsqueda de mi misma, y de la mano de mi hermana Carmen, la vida me llevó a una ponencia de Laura Gutman, una psicoterapeuta argentina, que escribe sobre la maternidad, y me hizo descubrir una nueva mirada, viendo la maternidad como oportunidad de descubrirse a sí misma y mostrar lo esencial de esta vida: el amor incondicional. Y cómo este descubrimiento y vivencia, puede revolucionar la vida paternalista y capitalista que conocemos, para dar el primer lugar a otros valores como la cooperación, la empatía, el cuidado,...el amor incondicional hacia los que nos rodean. Este descubrimiento, me caló como hija que soy, y espero poder vivirlo como madre.
Desde ese momento, me empeñe en ser matrona, estudiando para opositar el EIR y lograr la especialidad. Y ha sido durante los dos años de especialidad, donde más he visto la necesidad de mujeres y hombres sensibles a este proceso tan genuino, salvaje, creativo, mágico y revolucionario que es concebir un hijo, traerlo a la vida y criarlo.
La vida es un regalo, y el parto es el comienzo. Tanto, para el ser nuevo que nace, como para la madre que lo está trayendo a la vida, el parto es un pequeño y gran momento. No les dejará indiferente y marcará sus vidas. Pequeño, porque con respecto a la vida, no dura mucho (aunque a la mujer de parto le parezca que no acaba) y grande, porque es un hito emocional, sexual, espiritual, vivencial, físico, familiar, social... en la vida de ambos, Es, al igual, que la muerte, un momento sagrado, trascendental, único, especial, donde la vida cómo la conocemos empieza. Por ello, es necesario desaprender para vivirlo consciente y plenamente. Para así vivir el puerperio con mayor fuerza y plenitud.
Ahora trato de llevar esto a cabo en mi labor como matrona y poder transmitirlo con la mujeres que me voy encontrando. Colaboro en La Luciérnaga y conjuntamente con mi marido, Fisioterapeuta, estamos trabajando para empoderar a la persona en su salud. Estamos creando un espacio para acompañar, asistir, sostener y asesorar en el embarazo, para llegar al parto empoderada, consciente e informada. Y continuar en el postparto, con soporte, información, asistencia y apoyo en la lactancia."
Maite Martín Cortés
¿Y cómo llegué a enamorarme de este campo? Pues en la búsqueda de mi misma, y de la mano de mi hermana Carmen, la vida me llevó a una ponencia de Laura Gutman, una psicoterapeuta argentina, que escribe sobre la maternidad, y me hizo descubrir una nueva mirada, viendo la maternidad como oportunidad de descubrirse a sí misma y mostrar lo esencial de esta vida: el amor incondicional. Y cómo este descubrimiento y vivencia, puede revolucionar la vida paternalista y capitalista que conocemos, para dar el primer lugar a otros valores como la cooperación, la empatía, el cuidado,...el amor incondicional hacia los que nos rodean. Este descubrimiento, me caló como hija que soy, y espero poder vivirlo como madre.
Desde ese momento, me empeñe en ser matrona, estudiando para opositar el EIR y lograr la especialidad. Y ha sido durante los dos años de especialidad, donde más he visto la necesidad de mujeres y hombres sensibles a este proceso tan genuino, salvaje, creativo, mágico y revolucionario que es concebir un hijo, traerlo a la vida y criarlo.
La vida es un regalo, y el parto es el comienzo. Tanto, para el ser nuevo que nace, como para la madre que lo está trayendo a la vida, el parto es un pequeño y gran momento. No les dejará indiferente y marcará sus vidas. Pequeño, porque con respecto a la vida, no dura mucho (aunque a la mujer de parto le parezca que no acaba) y grande, porque es un hito emocional, sexual, espiritual, vivencial, físico, familiar, social... en la vida de ambos, Es, al igual, que la muerte, un momento sagrado, trascendental, único, especial, donde la vida cómo la conocemos empieza. Por ello, es necesario desaprender para vivirlo consciente y plenamente. Para así vivir el puerperio con mayor fuerza y plenitud.
Ahora trato de llevar esto a cabo en mi labor como matrona y poder transmitirlo con la mujeres que me voy encontrando. Colaboro en La Luciérnaga y conjuntamente con mi marido, Fisioterapeuta, estamos trabajando para empoderar a la persona en su salud. Estamos creando un espacio para acompañar, asistir, sostener y asesorar en el embarazo, para llegar al parto empoderada, consciente e informada. Y continuar en el postparto, con soporte, información, asistencia y apoyo en la lactancia."
Maite Martín Cortés
Matrona
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